Proteger adecuadamente tu vivienda implica conocer con precisión qué elementos forman parte de tu póliza de seguro. Uno de los aspectos más relevantes al contratar un multirriesgo hogar consiste en determinar correctamente la superficie que vas a declarar a tu aseguradora. Esta decisión influye directamente en el precio de tu prima, en la cobertura que recibirás y en la indemnización que podrás recibir en caso de siniestro. Comprender las diferencias entre los distintos tipos de superficie y aplicar las fórmulas adecuadas te permitirá evitar problemas como el infraseguro o el sobreseguro, situaciones que pueden resultar costosas o insuficientes según las circunstancias.
Tipos de superficie a considerar en la póliza de seguro
Cuando decides contratar un seguro de hogar, resulta fundamental comprender que existen diferentes maneras de medir y definir la superficie de una vivienda. Esta distinción tiene implicaciones directas en la valoración del continente y del contenido, dos conceptos clave en cualquier póliza de seguro. El continente hace referencia a la estructura del edificio, mientras que el contenido abarca todos los bienes muebles que se encuentran dentro de la vivienda, como electrodomésticos, muebles, joyas, obras de arte y otros objetos personales.
Diferencia entre superficie útil y superficie construida
La superficie útil representa el área total de la vivienda que realmente puedes habitar, excluyendo elementos estructurales como muros, tabiques, pilares y otras zonas no pisables. En cambio, la superficie construida incluye todos estos elementos estructurales, además de zonas comunes como escaleras, pasillos compartidos, ascensores y otras áreas de uso colectivo en edificios de viviendas o comunidades de propietarios. Al contratar una póliza de seguro de hogar, la aseguradora suele basarse en los metros construidos para calcular el valor del continente, ya que esta cifra refleja de manera más completa la dimensión real de la propiedad. Por este motivo, es habitual que el precio de la prima aumente en función de la superficie construida declarada. Los datos oficiales sobre metros construidos se pueden verificar en el Catastro, un organismo que mantiene actualizada la información registral de todas las propiedades.
Espacios complementarios: garajes, trasteros y zonas comunes
Además de la vivienda principal, muchos inmuebles cuentan con espacios adicionales que también deben considerarse al determinar la superficie total asegurada. Los garajes y trasteros forman parte del inmueble y, por tanto, deben incluirse en la declaración de la superficie construida total de la propiedad. Del mismo modo, las terrazas y balcones, aunque tengan un uso diferente al resto de las estancias, también suman metros cuadrados que pueden influir en la valoración del continente. Es importante revisar con detalle qué zonas comunes se computan en el cálculo, especialmente si vives en una comunidad de propietarios, ya que estas áreas pueden incrementar la superficie construida de manera significativa. No declarar correctamente estos espacios puede generar problemas a la hora de recibir una indemnización adecuada en caso de siniestro.
Métodos de medición para calcular correctamente los metros cuadrados
Una vez identificados los distintos tipos de superficie, el siguiente paso consiste en aplicar métodos de medición precisos que permitan obtener cifras fiables. Calcular correctamente los metros cuadrados de tu vivienda es esencial para establecer un valor de reposición adecuado y evitar sorpresas desagradables en el momento de presentar una reclamación ante la aseguradora. La precisión en esta tarea puede marcar la diferencia entre recibir una cobertura completa o enfrentarse a un infraseguro que limite la indemnización.
Fórmulas básicas de cálculo según la distribución de la vivienda
La fórmula general para determinar el valor del continente consiste en multiplicar el precio medio del metro cuadrado en la zona por la superficie total de la vivienda. Este precio medio depende de factores como la ubicación, la calidad de los materiales, la antigüedad del inmueble y otras características constructivas. Para obtener una valoración precisa, conviene realizar una tasación profesional que tenga en cuenta todos estos elementos. En el caso del contenido, el cálculo se centra en la superficie útil, ya que los bienes asegurados se distribuyen en las áreas habitables. Aquí, el inventario de bienes juega un papel fundamental: debes clasificar los objetos por habitación, reunir documentación de compra como facturas o tickets, y valorar cada artículo por su coste de reposición actual, no por el precio original de compra. Esta metodología ayuda a evitar tanto el infraseguro como el sobreseguro, garantizando que el valor declarado se ajuste a la realidad del inmueble y de sus contenidos.
Herramientas y documentos oficiales para verificar las medidas
Para asegurarte de que las cifras que declaras son correctas, puedes recurrir a diversos documentos oficiales y herramientas digitales. El Catastro ofrece información detallada sobre los metros construidos de tu propiedad, lo que constituye una referencia oficial muy útil. Además, existen apps de seguros y herramientas digitales que facilitan el cálculo del contenido, permitiéndote crear un inventario detallado con fotografías, descripciones y estimaciones de valor. Estas aplicaciones suelen incluir plantillas para clasificar objetos por tipo, como mobiliario, electrodomésticos, electrónica, ropa, libros, decoración, vajilla, joyas, relojes y obras de arte. Contar con esta documentación te permitirá ajustar el valor declarado automáticamente por la aseguradora y realizar una revisión de inventario anual o después de compras importantes. Incluso si has adquirido objetos de segunda mano, puedes incluirlos en tu inventario estimando su valor actual, lo que contribuye a una valoración precisa y completa.
Factores que influyen en la valoración de la superficie asegurada

No todos los inmuebles tienen el mismo valor por metro cuadrado, incluso si se encuentran en la misma zona. Diversos factores pueden modificar significativamente la valoración de la superficie asegurada, lo que a su vez afecta el importe de la prima y la indemnización en caso de siniestro. Conocer estos elementos te permitirá entender mejor por qué dos viviendas con superficies similares pueden tener valoraciones muy diferentes.
Características constructivas que modifican el valor del inmueble
La ubicación del inmueble es uno de los factores más determinantes en la valoración. Una vivienda situada en el centro de una gran ciudad suele tener un precio metro cuadrado más elevado que otra en una zona rural o periférica. Además, la calidad de los materiales empleados en la construcción, la antigüedad del edificio, la presencia de medidas de seguridad avanzadas, la existencia de ampliaciones de cobertura y las reformas realizadas pueden incrementar o reducir el valor de mercado. Por ejemplo, una vivienda con acabados de lujo, instalaciones modernas y sistemas de alarma tendrá un valor de reposición superior a otra con materiales básicos y mayor antigüedad. Estos factores deben reflejarse en la valoración del continente para garantizar que, en caso de siniestro, la indemnización permita reconstruir o reparar la vivienda con las mismas características.
Elementos excluidos del cálculo de superficie asegurable
Es importante tener claro que no todos los elementos presentes en tu propiedad forman parte de la superficie asegurable o del contenido cubierto por la póliza de seguro. Por ejemplo, los vehículos, las mascotas, los equipos profesionales y ciertos bienes en garajes o trasteros no declarados suelen quedar excluidos de la cobertura estándar. Si posees objetos de valor especial, como joyas de alto valor, obras de arte o relojes de colección, es recomendable identificarlos y declararlos de manera específica, ya que pueden requerir ampliaciones de cobertura adicionales y medidas de seguridad específicas. Estos objetos suelen valorarse mediante tasación profesional para determinar su valor tasado, distinto del valor de mercado o depreciado que se aplica a otros bienes. Asegurarte de que todos los elementos relevantes estén correctamente declarados evitará sorpresas desagradables a la hora de recibir una indemnización.
Consecuencias de declarar una superficie incorrecta en tu seguro
Declarar una superficie incorrecta en tu póliza de seguro puede tener consecuencias graves tanto desde el punto de vista económico como de protección. Es fundamental entender los riesgos asociados a una declaración inexacta y conocer los pasos necesarios para corregir cualquier error antes de que se produzca un siniestro.
Riesgos del infraaseguro y sus implicaciones en caso de siniestro
El infraseguro ocurre cuando aseguras tu vivienda por un valor inferior al real. Esta situación puede parecer atractiva a corto plazo porque reduce el importe de la prima, pero en caso de siniestro te enfrentarás a una indemnización insuficiente. Si, por ejemplo, declaras una superficie construida menor a la real para pagar menos, la aseguradora aplicará la regla proporcional y solo cubrirá una parte de los daños. Esto significa que, si tu vivienda está infrasegurada en un porcentaje determinado, la indemnización se reducirá en la misma proporción, dejándote con pérdidas económicas importantes. Por el contrario, el sobreseguro implica declarar un valor superior al real, lo que se traduce en una prima más alta sin obtener una cobertura adicional real. Ambas situaciones son perjudiciales y pueden evitarse mediante una valoración precisa y el uso de herramientas digitales que faciliten el cálculo.
Pasos para ajustar la superficie declarada y actualizar tu póliza
Si detectas que la superficie declarada en tu póliza de seguro de hogar no es correcta, es importante actuar con rapidez. El primer paso consiste en revisar la documentación oficial, como los datos del Catastro, y realizar una medición precisa de todos los espacios, incluyendo garajes y trasteros, terrazas y balcones. A continuación, debes contactar con tu aseguradora, ya sea MAPFRE u otra compañía, para informar de la situación y solicitar la actualización del valor declarado. Muchas aseguradoras ofrecen herramientas digitales y apps de seguros que permiten ajustar el valor de la póliza de manera sencilla desde el área de clientes. También es recomendable realizar una revisión de inventario anual o después de compras importantes, para asegurarte de que tanto el continente como el contenido están correctamente valorados. Si has realizado reformas o ampliaciones, o si has adquirido bienes de valor especial, debes notificarlo a la aseguradora para que se ajusten las coberturas correspondientes. Mantener actualizada la información de tu póliza te garantizará una protección adecuada y te permitirá disfrutar de la tranquilidad que ofrece un seguro de hogar bien contratado.
